domingo, 22 de noviembre de 2015

Tan simple como decir "te quiero"

    En esta semana de miedo, de desconfianza, de decepción ante el género humano y de perspectivas nadas halagüeñas, me da que sólo el amor, el que podamos repartir y el que podamos recibir merecen la pena. Tal es así que, a todos los muchos amigos y parientes que me han llamado, mandado mensajes, y preguntado vía Facebook y otras redes por el estado de sitio de la ciudad que habito, les he dado el parte de guerra y les he dicho que les quiero, no sea que me pase algo y no me de tiempo a decírselo másr. 

    Es importante decir "te quiero", no sólo al que pensamos que será nuestro compañero o compañera para la vida, no sólo a tus padres, ni a tus hermanos. Es importante decir "te quiero" a todas esas personas que de verdad queremos como si fueran parte de nuestra familia, de nuestra vida, como si estuviéramos dispuestos con ellos y ellas a comprarnos una casa  a medias, tener un hijo y hasta pagar sus deudas de juego;  algunos (por suerte) tenemos una lista grande de personas a quien decir "te quiero". Y me temo que no se lo decimos lo bastante, pero es un error subsanable.

    Quizás si nos dijéramos que nos queremos más a menudo de lo que lo hacemos, nos evitaríamos hasta alguna que otra guerra. Las personas malqueridas suelen ser tristes, resentidas y propensas a la violencia, aunque es verdad que entre los propensos a la violencia yo no descarto que de vez en cuando se cuele alguno a quien si le hayan dicho que le quieren, pero vaya, todas las reglas tienen su excepción. Mi madre asegura que los resentidos (y en su particular visión del mundo, las resentidas) son aquellos a quienes nadie les ha dicho nunca "cuánto te quiero" o "qué guapa eres"...de lo segundo discrepo, de lo primero no. 

    Y entre los numerosos malqueridos de nuestro planeta, hay muchos a quienes no sólo no les dicen que les quieren en sus casas y en sus entornos familiares; hay muchos seres humanos malqueridos por sus colegas del trabajo (algunos hasta se lo merecen, también es verdad) sus vecinos, el tendero de la esquina, el policía que les fríe a multas, el ministerio de hacienda y el dueño del bar donde desayunan. Hay incluso grupos enteros de seres humanos malqueridos por otros seres humanos, que les niegan el pan, la sal, y la tierra en la que habitan. Hay niños que vienen al mundo destinados a vivir en un grupo de malqueridos, a crecer entre ellos, empapándose de un poco de amor familiar a cambio de mucho odio y mucho resentimiento contra otros prójimos, que les maltratan y les niegan, de muchas maneras, sus derecho a crecer como personas. Esos niños malqueridos se convertirán en adultos violentos y resentidos y la noria seguirá girando en el mismo sentido; sin que por ahora se nos haya ocurrido cómo pararla...Simplemente diciendo "te quiero"? Yo probaría.

    Mañana, la ciudad en la que vivo, practicamente en estado de sitio, aborda un tercer amanecer en silencio, sin tráfico, sin atascos, sin transportes, sin niños que van al colegio ni adultos que, como yo y como los siete enanitos, van silbando a trabajar. Yo misma voy a ir mañana a trabajar de cualquier manera menos silbando, no sé si me entienden. Y mis hijos están encantados de no ir al colegio, como lo estaba yo un 20 de noviembre hace cuarenta años  de no ir porque había muerto Franco. Yo ni me daba cuenta entonces de lo que aquello significaba; ellos son un poco más mayores y espero que sí se den cuenta y, de todos modos, yo les digo "te quiero" cada día al menos una docena de veces! Díganselo ustedes también a los que quieren de verdad e incluso a los que quieren solo un poco, el mundo sólo puede mejorar con ello.

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