domingo, 6 de septiembre de 2015

Exodos

    Y dijo Moisés al Señor: "...bien he visto la aficción de mi pueblo que está en Egipto y he conocido sus angustias. Y he descendido para librarlos y sacarlos de aquella a una tierra buena y hancha en la que fluye leche y miel" Exodo, 3, 5-7. 

    Ya sé que puesto así es un texto oportunista, pero sean ustedes capaces de negarme que entre esta imagen, hecha la salvedad de la partición de las aguas y la cosa peliculera:


    Y esta otra:

   
No hay cierta impertinente similitud? Yo sí lo creo. Y parecerá que me sumo en marcha al carro de las hermanitas de la caridad oportunistas que somos todos cuando queremos (un poco también) pero nada impide a nuestros semejantes moverse por el mundo en busca de la tierra prometida, o incluso simplemente en busca de una tierra donde las escuelas de nuestros hijos no sufran bombardeos despiadados, donde nuestra religión, o incluso la falta de la misma no sea un delito ni te haga sospechoso de nada, donde te ganes el pan, aunque sea escasamente sin tener que robarlo; no parece mucho pedir y, sin embargo, qué difícil se les pone a algunos!

    Tentada he estado este fin de semana de llevar a mis hijos al campamento que han puesto en pie en mi lugar de residencia los muchos refugiados pendientes de aclarar su situación. No niego que la lluvia que caía a cántaros septembrinos nos ha echado para atrás, también la información que las ONG que cuidan de ellos nos han hecho llegar: ya no necesitan nada más que mantas y sacos de dormir. Yo este fin de semana no podía proporcionarles ni lo uno ni lo otro, así que me quedé en casa, porque aunque creo que la simple visión del drama es ya una lección de historia, que a nuestros adolescentes les viene muy bien, tampoco es cuestión de acercarse allí como quien va al cine.Se acuerdan los mayores de cincuenta años de aquella letanía de nuestras abuelas de que los chinos se morían de hambre mientras que nosotros no queríamos acabarnos los garbanzos? Pues ahora tenemos la versión siglo XXI de aquellos chinos hambrientos a la vuelta de la esquina, a donde han venido a parar huyendo de una guerra que todos esperábamos que se acabara de un día para otro.

    A España, según el nuevo reparto propuesto desde Bruselas,  le corresponderán unos 15000 seres humanos que acoger y confortar, bastantes más que los que el propio gobierno propuso asumir en junio. Ahora la madre Merkel ha decidido que las obras de beneficencia están bien vistas (entre otras cosas porque su pueblo ha estado bastante más a la altura requerida que ella) y nuestro obediente Mariano ha dicho "para dentro con ellos". Piénsatelo bien, Mariano, a lo mejor esta es la oportunidad que estabas esperando para ser un político con altura de miras. Y a lo mejor esta es la oportunidad que todos estamos esperando para demostrar que la raza humana es capaz de lo mejor, y no siempre de lo peor. Será posible?

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