viernes, 19 de diciembre de 2014

Ya llegó Campofrío

    Esta Navidad es la cuarta que me pilla escribiendo mis cosas, así que antes de ponerme a despotricar de los días cortos, de los regalos inservibles y del frío reinante, he decidido repasarme todas mis entradas navideñas para no repetirme más que la morcilla de Burgos, lugar por cierto donde se ha rodado el anuncio de Campofrío. Se lo dejo de regalo (inservible este también):


    Porque si no les ha quedado claro, españoles todos, el incio de las festividades, con lágrima fácil y amor desmedido por el prójimo ya no lo marcan ni las muñecas de Famosa ni las burbujas de Freixenet: manda la fábrica de embutidos que, para colmo, este año se les ha quemado, y los publicitarios (esas gentes que reflexionan sentadas en sillones de colores y llevan gafas con monturas imposibles) han aprovechado para conjugar el vermo "quemar", y sobre todo su participio pasado, y hacer un buen anuncio, sin más. 

    Yo hoy he dado carpetazo a mis asuntos laborales, y me estoy preparando unas navidades cinematográficas, que engordan menos que las culinarias y alimentan el espíritu. Tengo mucho atraso de series, y como sigo los buenos consejos de quienes no tienen hijos (que son los que las ven cuando salen) me voy a merendar tres temporadas de "Sherlock" y dos de "House of Cards", más la quinta de "Downton Abbey" cuando me la preste mi amiga, aunque se haya pasado la Navidad. Gran bombazo de esta temporada, aparece George Clooney en el último episodio:



    Cine: veremos "Exodus" para ver a Moisés partiendo las aguas del mar Rojo en Fuerteventura, a ver qué tal les ha quedado; el oso "Paddington" haciendo de las suyas por Londres y si me apuran , hasta los pingüinos de Madagascar, que se han convertido en actores principales porque (ya era hora) los productores se han dado cuenta que eran lo mejor de las anteriores entregas. Y tengo diez películas de Chaplin que compré hace un par de semanas a precio de ganga, que no sé si caerán todas pero espero que al menos la mitad. Y  "Lo que el viento se llevó"  y "Ben Hur" en versión original, que esas dos se las van a tragar mis hijos sí o sí, como yo hace años me tragué "La sirenita" o cosas incluso peores hasta dos y tres veces. Y si los petardos del dividendo digital no me han hecho desaparecer el  "Paramount Classic" de mi televisión, puede que caigan unas cuantas joyás más del séptimo arte. 

    Hay quien planea en estos días cómo sentar a sus parientes de ambos lados de una misma  mesa o cuántos langostinos se pueden comer por persona y cuándo comprar la merluza para que la puñalada del pescadero te duela menos. Hay quien se ha puesto en forma para tirarse por las pendientes esquiando y procurando no romperse la crisma, que es algo que cada vez ms le pasa a la gente que esquía (por qué será?). Hay quien compra lotería con números y combinaciones especiales soñando todo lo que va hacer el día que le toque; y hay quien se marcha a las Canarias  dispuesto a hacer la conga de Jalisco con una panda de alemanes bebidos con tal de no acordarse que es Navidad. Ya ven ustedes, planear las películas que uno va a ver y disfrutar aprovechando que hace frío y los días son cortos, es una manera de hacer planes navideños.

    Y lo mejor que hacen los de Campofrío cada año es sacar a Gila, el mejor de todos, el maestro de maestros, ese que fue capaz de llamar por teléfono, preguntar por el enemigo y hacer todo un chiste de ello. Aquí les dejo otro regalo inservible de los míos:


    Y a partir de mañana, a disfrutar del cine, los parientes y la tregua navideña, tregua de todas las demás cosas quiero decir.

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