miércoles, 29 de febrero de 2012

El día bisiesto

    Siempre me fascinó esto de año bisiesto, que consiste en que cada cuatro años, febrero añade a su rara cortedad un día más. La explicación de tal anomalía es larga y tediosa, yo no se cuántas veces la he leído ya sin entenderla, así que les dejo a ustedes el cuidado de empaparse la explicación en la Wikipedia, o similar. Yo me conformo con acordarme de aquello de "30 días tiene septiembre"...etc.

    En el colegio alguien había nacido ese día, y nosotras, pobres mentes ingenuas nos tragábamos lo de que sólo celebraban su cumpleaños una vez cada cuatro años. Más adelante, el año bisiesto se convirtió para mí en el sinónimo de año olímpico, que no era un detalle cualquiera; el año olímpico significaba que en  las largas tardes de la canícula estival, sometidos los pequeños de la casa a la silenciosa tiranía de la siesta de los mayores, al menos podíamos deleitarnos durante unas cuantas horas viendo retrasmisiones de combates de esgrima y carreras de piraguas. No me negarán  que como anestésico televisivo era bastante mejor y más instructivo ver las piruetas de Nadia Comaneci o las proezas de las nadadoras de la Alemania del Este que "Sálvame".

    Los 29 de febrero son días pecualiares que la gente olvida contabilizar aunque agendas y calendarios nos lo recuerden. Por más que busco en bases de datos y Wikipedias varias, no se ha producido ningún hecho memorable  y recordable y si se buscan famosos nacidos y fallecidos en tal fecha aparecen reiteradamente dos: el poeta Byron y el compositor italiano Rossini, los únicos famosos de copete que cometieron la extravagancia de nacer ese día. Lo que sí he visto es que existen los llamados "Clubes de Bisiestos" entendiendo por tales los que agrupan a los nacidos en esa fecha, que se intercambian sus experiencias vitales y hasta se reunen de vez en cuando; y como anécdota, me dice mi base de datos que de todos estos clubes repartidos por el mundo, el más numeroso es el de Noruega, con mucho: será más fácil nacer en un día raro cuando se vive cerca del Círculo Polar Artico? 

   Así pues, hoy es 29 de febrero del año bisiesto y, como corresponde, es año de elecciones a presidente USA y año olímpico, aunque ya no necesitemos a las gimnastas del este para entretenernos durante la siesta de nuestros mayores. A día de hoy, el acontecimiento más reseñable que no tenga que ver con la crisis es el derrame cerebral de Boyer (logrará Isabel casarse por cuarta vez?) y cuando escribo estas líneas consulto la prensa y me encuentro con que lo los clubes de bisiestos también lo sacan en la página de "El Mundo" on line elmundo.es/elmundo/2012/02/28/ciencia/1330429787.html; pero que les quede claro que yo lo vi primero! 

    Dice la sabiduría popular que "en el año bisiesto ni casa ni viña ni huerto ni puerto". De lo primero, hasta que no vuelva a fluir el crédito ni acordarnos (no digamos ya la posibilidad de tener una viña y un huerto) y en cuanto al puerto, con el segundo accidente  de un crucero Costa en poco más de un mes, quién quiere embarcarse? Yo ni a mitad de precio...y menos en año bisiesto!




lunes, 27 de febrero de 2012

París bien vale un cementerio

    La semana pasada, los escolares de toda la Europa céntrica y nórdica tuvieron una semana de vacaciones, y a juzgar por las masas humanas que se cruzaron en mi camino el pasado fin de semana, todos los que no estaban esquiando en los Alpes, estaban en París, que era donde me encontraba yo con mi familia. 

    Parece mentira que la gente esté dispuesta a hacer cola durante una hora para subirse a las torres varias de una ciudad o para entrar en cualquier museo ya abarrotado de gente, pero el turista es el animal más convencido del planeta tierra: cuando avista la presa, nada ni nadie (ni siquiera la perspectiva de pasar una hora de su vida en fila india bajo la lluvia) lo distrae de su objetivo. Este último fin de semana París estaba tomada por asalto de miles de escolares de vacaciones a quienes sus crueles padres obligaban a subir tramos de cuatrocientos o seiscientos escalones para contemplar panorámicas varias sin siquiera la posibilidad de una vez arriba de Notre-Dame (por ejemplo) pedirle un autógrafo a Quasimodo, o en su defecto a Esmeralda.
  
   Confieso que soy una de esas madres crueles e inasequibles al desaliento turístico (excepto en el caso de las colas, que me horrorizan) y quizás deba aprovechar este espacio para pedir públicamente perdón a mi familia por las torturas a las que les he sometido, tales como haberles hecho perder el equivalente de dos suelas de zapato a cada uno y quemar mil calorías por las calles de París. Si alguien me hubiera propuesto a los doce años subir dos de los  tres pisos de la torre Eiffel andando  me hubiera desmayado de alegría; a las nuevas generaciones, que ya está muy paseadas, el plan ya no les parece tan excitante.

   Así pues, después de dos días de intenso turismo de metro y acera, y para evitar más y mejores colas, aprovechamos la mañana del domingo para visitar el cementerio de Père Lachaise, que es tan camposanto como lugar de peregrinación a las tumbas de todos los prohombres (y mujeres) allí enterrados; y es en el fondo un museo de historia de Europa: 43 hectáreas de avenidas repletas de árboles y monumentos funerarios de gusto variopinto, pero que encierran entre sus cuatro muros la mayor cantidad de huesos y cenizas de genios de la historia que yo haya visto nunca juntos. Previa compra del plano del lugar para mejor localización de las tumbas, uno puede ir a mostrar su respeto a los grandes de la música (Chopin, Rossini) de la pintura (Modigliani, Delacroix)  o de la literatura: Oscar Wilde, Lafontaine y Molière, estos dos últimos vecinos de parcela. Se puede rendir homenaje al cine (Claude Chabrol, Simone Signoret) a la "Chanson française" (Edith Piaf, Yves Montand) e incluso a la música pop (Jim Morrison).

    Lucía un tímido sol de invierno, y aunque había  grupos de visitas guiadas aquello era un remanso de paz turística en medio de tanta marea humana ávida de monumentos. Me resultaba hasta fácil creer en las leyendas de muertos vivientes y pensar que a la medianoche los espíritus salieran a darse un garbeo, bailaran, jugaran a las cartas o incluso se emborracharan: qué podrían bailar juntos Molière y Simone Signoret? (se ruega abstraerse de la imagen de "Thriller" de Michael Jackson) de qué podrían conversar Rossini y Edith Piaf? Tendrían algo que contarse Chopin y Maria Callas además del relato de sus amores respectivos? Imagino a muchos de ellos pasando una agradable velada hasta la salida del sol, y a Claude Chabrol filmándolo todo con una cámara de 16 mm. 

   Decididamente sí, París valió una misa  hace varios siglos, y el pasado domingo, bien valió un cementerio. Buenas noches.

domingo, 19 de febrero de 2012

Jamón, Jamón

    Tengo un jamón en casa. Y me da por anunciarlo como quien tiene un perro o un gato y lo hace miembro de Facebook, o como quien cambia de coche y envía la foto a sus contactos vía iphone. He aquí pues el anuncio oficial de mi página web oficial: tengo un jamón que en estos momentos preside mi cocina desde lo alto de su jamonero, la aromatiza, la decora y nos alegra a todos la vista, el olfato y los estómagos. Lo destapamos de día y lo tapamos de noche, y lo untamos de aceite de oliva cada vez que cortamos para que no se seque ni se ponga mohoso; si no fuera porque está ahí para acabarlo y su aspecto es más escurrido cada día, darían ganas de sacarlo a pasear.

    Tener un jamón en la cocina es tan bueno para el ánimo como la luminoterapia o comerse la tableta de chocolate a escondidas. El jamón es a la vez ornamento y golosina, olor y sabor, presencia y buen recuerdo, avío de cenas apresuradas y desayunos con gusto a vacaciones y no sigo porque acabaré poniéndome cursi. Y como todo son ventajas y ningún inconveniente, yo me regalo un jamón dos o tres veces al año con la facilidad añadida de que en la era Internet, el jamón llega solito hasta la puerta de tu casa aunque vivas en Varsovia. De paso, me permito hacer un poco de publicidad a un paisano que es mi proveedor: www.tujamonencasa.com. Dos clicks de ratón, un número de tarjeta de crédito y en 48 horas, como bien se anuncia, tu jamón en casa, sin mancharte la maleta de grasa y sin tener que comerte las tristes lonchas envasadas al vacío y pegadas al plástico.

    Y qué tiene el jamón que no tengan otras viandas? Paso a enumerar. Para empezar una  ristra de vitaminas y propiedades alimenticias que no detallo porque esas se las leen ustedes en una revista; una presencia estética imponente, un olor especial, que no perfuma pero tampoco desagrada y que provoca curiosas reacciones, algunas cinematográficas incluso:


    Tiene un sabor que son mil sabores a la vez: a bellota, a monte de encinas, a bocadillo de excursión, a sal, a tomillo, a romero, a primavera y a bar de carretera. Tiene la virtud de obligarnos a comerlo con un buen vino y a ser posible con buena compañía; y si la compañía es mala, se perdona si el jamón es bueno. Yo tuve este fin de semana a una panda de amigos en casa que vinieron a comer jamón y sin tener que pasarme la tarde entera en la cocina, ya sabía yo que la cena sería un  éxito de crítica y público. Y da mucho juego en la red:



    El jamón de bellota es embajador oficial de España, y una de las poquísimas cosas que los chinos aún no han conseguido imitar, aunque llegará también el día en que lo logren, y tiene la capacidad de reunir a su alrededor a gente variopinta a la que cosigue poner a tono, hacer comer, beber y conversar. Me pregunto por qué no lo usarán más en las negociaciones de tratados y discusiones de convenios sindicales; si no fuera porque es alimento prohibido en ambas religiones, juraría que un buen jamón sería capaz de terminar con el conflicto árabe-israelí. Se sabe que Felipe González, en sus años de presidente invitaba periódicamente a jamón en la famosa "Bodeguiya", y hasta ahora es el inquilino de mayor duración que ha tenido la Moncloa (será por eso?); quizás podríamos enviar un buen cargamento de patas de Jabugo o de Guijuelo a los famosos mercados (allá donde se encuentren y sean quienes sean) para que dejen en paz a la pobre deuda soberana y a nuestro pobre Euro. No se si escribir a Mariano y darle la idea...

martes, 14 de febrero de 2012

En el día de hoy

    Difícil  va  a ser  escribir el día 14 de febrero y no hablar de San Valentín, aunque esté a punto de acabar . A pesar del color tirando a gris que la realidad nos presenta ultimamente y a pesar de que haya consenso general  en que San Valentín es una cursilada impuesta por el Corte Inglés y los suplementos dominicales de los periódicos, hoy toca celebrar el día de los enamorados, teñir la realidad de rojo, contemplar las floristerias llenas a rebosar y comerse los bombones con forma de corazón que regalan por las tiendas. No siempre puede uno abstraerse totalmente de la realidad, y menos si ésta viene en tono amable. 

    Tampoco está mal una vez al año hablar del amor, que es el que debería regir nuestros destinos en vez de los mercados financieros. Y para hablar del amor quién mejor que los poetas (mejor que yo, seguro) y a cada edad un poeta diferente. El de nuestros quince años era aquel de "si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice y todo"...pobre Mario Benedetti, que se ha visto condenado a ser el poeta de frases para postales! El de los veinte años decía "me gusta cuando callas porque estás como ausente" y si el ,mercado de  las postales lo respetó  un poco más, será porque era premio Nobel. Con los años el gusto poético se hace más denso hasta el punto que mi favorito, y para mí uno de los más grandes de la lengua castellana es un fraile abulense, Carmelita Descalzo desde los 21 años hasta los 49; que murió joven y vivió  intensamente a juzgar por sus versos:

    "Quedéme y olvidéme,
    el rostro recliné sobre el Amado;
    cesó todo y dejéme,
    dejando mi cuidado
    entre las azucenas olvidado"

   O como estos otros, escritos mientras purgaba en la cárcel sus diferencias con los frailes de su orden:

    "Mi Amado las montañas,
    los valles solitarios nemorosos,
    las ínsulas extrañas,
    los ríos sonorosos,
    el silbo de los aires amorosos,
    la noche sosegada
    en par de los levantes de la aurora,
    la música callada,
    la soledad sonora,
    la cena que recrea y enamora"

    Aunque mis favoritos son éstos, escritos ya en libertad y muy cerca del final de sus días:

    "Y aunque tinieblas padezco
    en esta vida mortal,
    no es tan crecido mi mal;
    porque, si de luz carezco,
    tengo vida celestial;
    porque el amor da tal vida,
    cuando más ciego va siendo,
    que tiene al alma rendida,
    sin luz y a oscuras viviendo".

   Fray Juan de Yepes y Alvarez, que ha pasado a la historia como San Juan de la Cruz, fraile Carmelita Descalzo y poeta del amor con mayúscula, aunque sea del amor divino...que no deja de ser una forma de amor. 

    Aprovechemos San Valentín, por cursi que sea, para felicitar a los que se aman después de contar los años juntos por decenas, a los que se aman desde hace diez días, o incluso a los que se amaron lo suficiente para darse cuenta de que llegado el momento, mejor iban cada uno por separado. Felicitemos a los que celebran aniversarios de varios  lustros, a los que perdieron  hace varios años a su otra mitad y la siguen echando de menos, a los que aman a pesar de las noches de ronquidos y las tardes de fútbol o de rebajas. Felicitemos a los que se aman sin mirar sexo, credo, color de piel ni cuenta bancaria. Felicitémonos todos por ser capaces de seguir amando, que nos es poco. 

     


domingo, 12 de febrero de 2012

Bajo cero, sobre hielo, bajos ánimos.

   Cuando ésto escribo, llevaremos en mi lugar de residencia doce días, que se dice bien, sin llegar a cero grados. Mañana nos han prometido los gurús del tiempo que pasaremos a las temperaturas positivas en un conjunto de lluvias heladas y brumas matinales que no sobrepasarán dos grados y se supone que tenemos que celebrarlo... El que se dejó abierta la puerta en Siberia parece que ya se ha acordado de cerrarla; con razón en mi casa de pequeños nos decían que no había nada peor que ponerse en la corriente. 

   De Rusia nos han llegado en la historia todo tipo de vientos helados: unos acabaron con Napoleón y otros con las tropas de Hitler; unos prometieron que la revolución de proletariado era posible y otros dijeron que la Perestroika acabaría con todo ello. Unos y otros dejaron paso a un país grande y desmesurado al que cuesta darle el apelativo de estado de derecho, donde gobiernan por riguroso turno dos señores de los cuales uno gusta retratarse con fusil en mano y torso al desnudo. De Rusia vienen los dueños de media Costa del Sol y media liga de fútbol inglesa, sin que ni la primera ni la segunda hallan ido a mejor por ello. Y de Rusia llegan millonarios con el papel higiénico con estampado de tigre a juego con las cortinas  y la ropa interior, que ganan sus millones  traficando con todo lo traficable. 

   También llegaron vientos templados en forma de grandes y gordos novelones que nos leíamos los veranos o en caso de hepatitis, y que volveremos a leer cuando nos jubilemos (si nos dejan) porque para agarrar de nuevo "Guerra y Paz" o "Los hermanos Karamazov" hace falta el tiempo que a todos nos falta. Y vientos cálidos, como los que me traen la música de Tchaikovsky o de Shostakovich, algún pedazo de Rimsky-Korsakov  y alguno que otro suelto de Mussorgsky. Visto en su conjunto, no es mala herencia. Pero esta vez, Rusia sólo nos ha mandado frío, viento helado, rachas de nieve y más viento helado para que la nieve no se funda y el hielo nos haga resbalarnos y, con suerte, nos deje un buen moratón en las posaderas, y sin suerte una pierna rota. 

   Y si además todo eso nos lo mandan en tiempo de crisis, se cuentan muertos por decenas porque la gente vive en la calle o se le acaba el presupuesto para pagar la calefacción, porque los viejos que viven sólos se caen, se resbalan y les da la hipotermia, porque hay familias que no tienen medios para curar a niños con bronquitis tremebundas que en pleno siglo XXI aún se los llevan por delante. Conclusión: el frío no es nada democrático. 

    Y a los ciudadanos de a pie se nos queda la nariz como un témpano, nos recluimos en casa sin salir ni a comprar el periódico y así, díganme cómo se va a reactivar el consumo, dejamos el coche en el garaje para no terminar atravesados en un arcén y no hay quién compre un kilo de puerros al precio que se ponen cuando se convierten en puerros bajo cero. A los forofos les suspenden los partidos de fútbol y a los niños los envolvemos en siete capas superpuestas que les hacen caminar por la calle como si estuvieran todos afectados de una hernia inguinal doble. Alguien es capaz de hacerme una lista de las ventajas del invierno? Aquí estoy esperando... Feliz semana a todos. 

miércoles, 8 de febrero de 2012

Parados, parientes y productividad.

    La crisis es un hecho fastidioso pero normal  en la historia, aunque allá donde se instala provoca fenómenos a veces paranormales. En España, además de los sustos financieros y de un cambio de gobierno acelerado, la crisis nos ha dejado por ahora 5.300.000 parados que, si seguimos con la tendencia a superar los límites millonarios acabarán siendo seis millones no tardando mucho. En cualquier otra parte estarían temiendo un estallido social, y en España, gracias a las familias y a su labor social, parece que la cosa se queda sólo en "preocupante". 

    Dicen los entendidos que gracias a las familias evitamos que la mitad de esos cinco millones, que a estas alturas ya no cobran ningún subsidio, estén cantando "la muralla" en las bocas de metro y otra buena mitad nos ponga la mano o el platillo en la puerta del Corte Inglés. En este caso la labor familiar consiste en dar cama y comida a los que no trabajan, eventualmente hacerse cargo del pago de la hipoteca y en el caso de las "madres españolas de toda la vida" (especie tipificada) se añade el planchar camisas, hacer la cama y preparar doble ración de tortilla cuando juega el Madrid y lo dan en abierto. Forges lo explica mucho mejor que yo:


    A fuerza de llevar veinte años fuera de España, y de ver varios modelos familiares en los países donde he vivido, me he dado cuenta que la familia española es un fenómeno altamente paranormal. No me detengo a describirla porque ya la conocen ustedes, pero sí quiero mostrarles las derivas a las que ha llegado el modelo familiar patrio gracias a la crisis; o cómo la crisis le ha dado una vuelta de tuerca a situaciones que, explicadas fuera del contexto español son difícilmente creíbles. Mucho hablamos del alto tanto por ciento de familias donde nadie trabaja porque desgraciadamente no pueden, y poco de esas familias donde muchos no trabajan ...porque no quieren, o al menos no lo quieren lo suficiente. 

    Caso clínico número uno: familia bastante numerosa, el padre siempre trabajó, la madre siempre fue ama de casa, las hijas heredaron la afición al hogar, se casaron y algunas, divorciadas y sin empleo vuelven al hogar paterno, donde se juntan con otros hermanos o hermanas que nunca se han ido porque nunca trabajaron, por motivos variopintos. Suele haber nietos bajo el mismo techo. Conclusión: con el sueldo o pensión más apaños del cabeza de familia viven entre ocho y diez personas de edades y generaciones dispares. 

   Segundo ejemplo: los dos padres trabajan, tuvieron un negocio boyante en los años golosos aunque ahora con telarañas, como todos. Los hijos salieron malos estudiantes confiados en poder colocarse algun día con los padres y vivir todos del mismo bote. Papá y mamá además de trabajar corren con los gastos de todos incluso con las deudas de algún negocio paralelo montado por los herederos y que salió mal. Los herederos a su vez se han hecho a la buena vida y a éstos no les hables de marcharse a buscar trabajo a otro país, ni siquiera a otra ciudad; alguno incluso se ha casado, trayendo otro parado más a casa que también esperaba colocarse en el negocio familiar que ya no da para más, y del que antes vivían cuatro y ahora diez, y del que el padre de las criaturas sólo podrá jubilarse el día en que salga camino del cementerio, dada la cantidad de bocas que alimenta. 

    Caso clínico número tres: matrimonio de funcionarios cuyos hijos o son malos estudiantes o han estudiado unas carreras altamente inútiles que les han hecho licenciados en paro desde que estaban en primero de facultad. Hacen cursos de inglés y encuestas por teléfono una vez al trimestre, y con eso y la fundación familiar tienen para tabaco y para la factura del móvil así que no piden más, tampoco lo dan. Entre estos apáticos están esos que dicen que votar no sirve para nada.

    Díganme ustedes que el paro es un drama y que no hay que bromear con ello, y añadan que estoy haciendo el retrato de una capa de la población con cierto acomodo. Cierto es, como que si prosigue la crisis y los herederos continúan sin querer trabajar serán una casta de nuevos pobres que habrán atravesado los años productivos sin ganarse ni un miserable real . Son más de los que nos imaginamos, y no cuentan en las estadísticas. Imagínense si se da la Merkel un paseíto por España y nos pide explicaciones sobre este fenómeno...a ver quién le arranca después ni dos céntimos de calderilla...

viernes, 3 de febrero de 2012

Con la Iglesia hemos topado (segunda parte)

    Como en los seriales televisivos, los capítulos importantes tienen segunda parte. Tras despacharme a gusto con los obispos hace tres días, esa misma tarde el ministro de educación anuncia en rueda de prensa el final de la asignatura de educación para la ciudadanía, y su sustitución por una nueva materia llamada "educación cívica y constitucional"; que parece lo mismo pero dice el ministro que no lo es sobre todo porque en esta nueva "no aparecen los contenidos donde se invade el terreno de la moral" y porque el nuevo temario "quedará libre de adoctrinamiento ideológico". Bien está sino fuera porque temo la larga mano de los prelados en la maniobra. No es un temor injustificado, llevan cuatro años llamando a la desobediencia civil en este tema, los mismos de existencia de la asignatura. 

    Yo fui parte de la primera generación de españoles que tuvieron que estudiarse la Constitución como asignatura. Era por supuesto una asignatura "maría" en la que nadie suspendía (como la religión) que al menos trajo como cosa buena el que todos nos la tuviéramos que leer en clase, por lo menos. Y en mi caso, la leíamos al alimón de la monja que impartía la lección, tan ignorante en la materia como nosotros, aunque para monja y de los años setenta-ochenta, bastante más flexible de pensamiento que nuestros queridos obispos protestones. Visto con la perspectiva del tiempo y con el final del largo tunel del que salía España, aquella constitución explicada por la monja era lo más parecido que podía en contrarse a un "amaos los unos a los otros" en versión legislativa. Si los escolares de ahora retoman el estudio constitucional con el cambio de programa, no sería mala cosa.

    La educación para la ciudadanía es una asignatura presente en los programas escolares de más de media Europa; de hecho, tiene su origen en una recomendación del Consejo de Europa de 1997. No parece que en otros países su aparición haya provocado tanta polémica como en el nuestro. En España, parece que preocupa, en palabras de la Conferencia Episcopal y sus seguidores, que se retire a los padres el derecho a educar moralmente a sus hijos, y a quién no? Sólo añado que si todos lo hiciéramos eficazmente la escuela podría dedicarse a otra cosa, pero por desgracia no es así. 

   Mirando los contenidos generales de la asignatura (publicados por Real Decreto 1513/06) no acabo de comprender tanta acritud. Me cuesta entender que alguien pueda estar en contra de que se explique la igualdad entre hombres y mujeres, el fomento del respeto y la convivencia, la tolerancia, el rechazo del racismo y la injusticia social, el ejercicio de los derechos y deberes en democracia y la valoración de los servicios públicos y los bienes comunes, por nombrar sólo los capítulos generales, que mire usted por donde coinciden en buena parte con la Declaración Universdal de los Derechos Humanos. 

    En serio piensan que se puede alguien oponer a que nuestros hijos asimilen estos valores desde pequeñitos? Otra cosa es que discutamos si se puede enseñar o no, pero llegados a este punto habría que preguntarse también si se puede enseñar la religión...Lo siento señores lectores, pero una vez más el lobby obispal vuelve a meterse donde no le llaman, y lo peor es que encuentran quien les hace caso no sólo entre los feligreses, lo que es normal, sino entre los que nos gobiernan, que son también el gobierno de los no feligreses. O de los feligreses de otras religiones, que existen. 

   Acabo con un ejemplo: en el colegio de mis hijos (centro público situado fuera de España y sólo parcialmente dependiente de los programas ministeriales) hay que optar por religión o moral, que es el nombre que recibe la educación para la ciudadanía en este caso. Mi hijo mayor realiza trabajos sobre la violencia contra las mujeres, la caza ilegal, el trabajo infantil, el hambre o la malaria y se sabe la declaración de los Derechos Universales del Hombre a una edad en la que yo ni sospechaba que existía la tal declaración. No se qué me deparará el futuro, pero creo que las bases para hacer de él un ciudadano honesto ya están sentadas; tampoco se lo que hacen los que han optado por religión porque no lo cuentan, pero sí veo que, precisamente este año, en algún que otro conflicto escolar los alborotadores, eran alumnos de religión. Va a resultar más fácil de  transmitir el mensaje de la ciudadanía que la palabra de Dios, no deja de tener gracia... 

miércoles, 1 de febrero de 2012

Con la iglesia hemos topado

    Así le dijo Don Quijote  a Sancho en la segunda parte del libro, capítulo 9, cuando buscando la casa de Dulcinea se dieron de bruces con la iglesia del pueblo. Algo así se habrá dicho a sí misma la todopoderosa vicepresidenta del gobierno después de que el Arzobispo de Valladolid expresara su desacuerdo con el nombramiento de la ciudadana Soraya por parte del ayuntamiento de su ciudad natal, para ser pregonera de la Semana Santa. No creo que le haya sentado muy bien porque para los de provincias, que nos quieran y se acuerden de nosotros en nuestro pueblo es uno de los máximos a los que podemos aspirar ; aunque a Soraya, que es una mujer de pelo en pecho,  ningún Arzobispo le va a aguar la fiesta. Hace unos días, preguntada por los periodistas sobre este asunto,  respondió con la parquedad que nos caracteriza a los castellanos: "ya lo estoy redactando". Que leído entre lineas significa "lo que diga el Arzobispo me importa un bledo" y yo, desde mi rincón le mando mi más respetuoso homenaje sólo por eso. 

    Resulta que Monseñor se plantea "si ella es una buena elección dada su situación matrimonial"; a saber, "ella" está casada sólo por lo civil, algo perfectamente normal en un país moderno cual no parece ser nuestra España.Y para rematar, añade el prelado que le hubiera gustado que se le consultara: la Iglesia católica española, como siempre genio y figura, quiere que se le consulten hasta las subidas de la gasolina. No parece que se hayan enterado que el nuestro es un país laico y aconfesional, o no se quieren enterar, o no se lo han explicado bien, o en el fondo este no es un país laico, que es lo que presiento. 

   Nuestra Santa Madre Iglesia España S.A. contempla el país, y lo que es peor, a sus ciudadanos, como parte integrante de una finca que hasta no hace poco administraban sin ataduras . En esa finca pastan sus corderos, y no se plantean que entre ellos, muchos no vayan a misa, no hagan la comunión y no se casen por la iglesia. Y que a otros muchos de estos corderillos les molesta que se metan tanto en asuntos que no les incumben, que tengan un papel desmesurado en la vida pública y que cobren una generosa subvención de los presupuestos del estado.   Los obispos, que son los altos funcionarios de este cotarro se emplean a fondo en la gerencia: salen de manifestación, hablan mucho en la tele, dan su opinión sobre casi todo, piden dinero sin someterse a ningún control y de vez en cuando invierten en bolsa los dineros de los feligreses sin rezar ni media novena para que la cosa salga bien: se acuerdan de las inversiones millonarias de la diócesis de Valladolid (precisamente) y de las pérdidas no menos millonarias que sufrieron con la quiebra del Forum Filatélico? Es sólo uno entre muchos ejemplos. 

    Y yo que pensaban que al menos al gobierno Rajoydiano le darían unos años de tregua!... ya veo que no. Soraya ya los tiene encima por no haberse casado por la Iglesia y pretender ser pregonera de un acto organizado por el ayuntamiento. Gallardón se atrevió a casar homosexuales cuando era alcalde y ahora que es ministro de justicia a ver qué le piden a cambio para que purgue sus faltas, y el próximo día del Corpus ya veremos si la presidenta de Castilla-La Mancha vuelve a presidir la procesión  con su mantilla y su peineta teniendo en cuenta que está divorciada, vuelta a casar por lo civil y entre medias se hizo un hijo por su cuenta. 

   En una entrada precedente de este blog les comentaba lo que me había gustado la serie que sobre el Cardenal Tarancón emitió TVE esta Navidad. No recogía la serie uno de los momentos estelares de la vida de este obispo admirable e inclasificable. Háganse una composición de lugar: Madrid, catedral de la Almudena, misa de la Coronación de Juan Carlos I (27 de noviembre de 1975) la iglesia abarrotada de mandatarios del régimen y de observadores y jefes de estado extranjeros y allí llega don Vicente y dice: 
-"la fe cristiana no es una ideología política ni puede ser identificada con ninguna de ellas, ni pertenece a la misión de la Iglesia presentar opciones o soluciones concretas de gobierno (...) La Iglesia sí debe proyectar la Palabra de Dios sobre la sociedad especialmente cuando se trata de promover los derechos humanos, la paz y la justicia"
-"La Iglesia nunca determinará qué autoridades deben gobernarnos, pero sí debe exigir a todos que estén al servicio de la comunidad"...

    Se murió Tarancón en 1994 y me temo que, con él, el único aire fresco que entró en la Conferencia Episcopal Española en muchos años. La homilía está en Google, búsquenla, leanla, vean lo que nos hemos perdido.